Un día Dorado‏

Mercedes es una lectora del blog, que llegó al mismo a través de mis fotos de flickr.

Se animó a escribirnos, consultar, y finalmente a compartir su experiencia!
MUCHAS GRACIAS!!! 

Un día Dorado‏

En este viaje a Bariloche, conocer el valle del Challhuaco, era mi objetivo.
Quería conocer los colores del otoño en plenitud y al consultar este blog, supe que allí era el lugar indicado.
Salimos de Bariloche temprano, con la niebla todavía instalada en el lago y sus alrededores, no nos importó, sabíamos que se iba a esfumar con el correr de las horas.
Al comenzar el camino de ascenso al valle, pudimos observar contra un cielo límpido, el orificio en la roca que le da el nombre al cerro Ventana.
Un poco más adelante nos encontramos con un arroyito de aguas transparentes, un rincón muy pintoresco, un jardín natural donde los colores, naranjas, rojo, amarillos, verdes, en todas sus tonalidades "estallaron" en nuestros ojos.
Así fue durante todo el trayecto hasta llegar al refugio Neumeyer.
Entramos para buscar indicaciones sobre los senderos que queríamos (y pudiéramos) hacer. Somos una pareja un poquito mayor y teníamos la intención de hacer todo lo que pudiéramos sin " matarnos". La idea era disfrutar del lugar, de la vegetación, de sus colores, de los sonidos del bosque, llevara el tiempo que llevara.
Nos encontramos con un lugar calentito, donde dos pavas relucientes se calentaban sobre una salamandra, esperando que alguien quisiera usarlas para un mate o un té...
Nosotros optamos por tomar chocolate con una rica porción de tarta de manzana que nos tentó desde una mesa.
Ahora, si, estábamos listos para la caminata.

Seguimos las indicaciones que nos dieron y comenzamos a subir al mirador del valle. El sendero no tiene dificultad y caminar por el bosque para mi es un placer. Llegamos al mirador, observamos el entorno, comenzamos a descender, cuando escuchamos un martilleo, nos detuvimos para ubicar la procedencia del golpeteo.

En un árbol cercano descubrimos un pájaro carpintero con su capucha roja ( un macho, como me enteré después),muy atareado con su tronco.

 Tratamos de sacarle una foto pero como si supiera siempre me daba la espalda cuando estaba por "gatillar". Al poco rato llegó otro, de cabeza negra ( la hembra) y se pusieron a "conversar" de una forma que nos causó mucha gracia. Automáticamente pensamos en el pájaro "Loco". Igualito.

 Logrado a medias, nuestro objetivo de fotografiarlos,seguimos bajando, pasamos el refugio,tomamos el sendero que nos llevaría a la laguna Verde.
Acá la dificultad para nosotros fue mayor por tramos, pero como no estábamos corriendo ninguna carrera, nos tomamos nuestro tiempo, descansando en los troncos que hay al costado del sendero, mirando y escuchando todo lo que el bosque nos ofrecía.
Que no es poco!! Belleza por todos lados.
Así pasamos por laguna Los Patos, justo venía bajando una parejita jovencita, con una bebé de 2 meses, que cargaba el papá, al vernos nos alentaron para seguir, que ya faltaba poco, una trepada más y llegábamos!!
Así fue. Le pusimos garra y llegamos al mirador de la laguna.

Ver ese espectáculo bien valió la pena el esfuerzo de subir!!

A mis pies, debajo del mirador, la laguna Verde, la cumbre del cerro a la altura de mis ojos, y todo el paisaje extendiéndose a lo lejos, con el sol cayendo lentamente...
Y cómo si esto fuera poco, ante nuestro asombro, apareció un carancho adulto, se posó sobre la copa de un árbol, nos observaba con total confianza, aprovechamos para sacarle fotos, nosotros calladitos y quietos para que no se asuste.

Contemplamos el paisaje en ese hermoso atardecer.

Teníamos que bajar, sí o sí.
Bajar fue un juego. Rápido y divertido.
Cuando llegamos al refugio, conocimos a Adán, la persona que se encarga del lugar.
Cuando le contamos lo de los pájaros carpinteros se asombró, dice que por lo general no se dejan ver.
Nos sentimos afortunados por eso. También vimos otro en el lago Moreno.
También se asombró por todo el tiempo que tardamos!! Seguro que nos llevamos el premio a la "MAYOR " tardanza. Estuvo buenísimo!!
Fue nuestro " día dorado"
Nos despedimos de Adán y ya en el auto, bajando y despidíendome del lugar, iba pensando que tenía que volver allí, ver las amancay  del mes de febrero, ver el refugio tapado de nieve, volver a ver el otoño, volver... siempre volver!!
Me llevo al Challhuaco en las retinas y en el corazón!!
Mi agradeciemiento para ustedes que hacen este blog, desde lo más profundo de mi alma.